Estamos muy contentos, por mi cumpleaños
mis padres y yo, vamos hacer un viajecito
No puedo dormir soñando
con montarme en los
caballitos
y no veo el momento de estar embarcando
en ese mágico barquito
Aunque después de un mes, no fue
las vacaciones que un niño podía esperar.
En vez de camarote
pasando frío íbamos encogidos
doscientos en el mismo bote
Y no entendía con claridad
con lo caro que el crucero a mis padres le
salía
no nos pusieran de comer, ni de beber…
... tan siquiera un solo
día
Tampoco me sirvió el bañador y la toalla
los mares de sangre bañaban las playas
Y no me gustaron las atracciones
de montarnos en tren,
mientras disparaban cañones
Los ojos a veces tenía que cerrar
le vi la cara al miedo, la cruz al mal
Aunque había una que debía ser muy buena
porque miles de personas pacientes
estaban haciendo cola fuera
Asomé la cabeza, impaciente
y pude ver el cartel,
de una atracción llamada
frontera.
Mientras esperábamos pensaba
que no se le escapa,
entre medio de tantas balas
a un niño no se le escapa
Como ciudades vecinas, nuestras almas perdidas
dejaban hundirse en la feria de las cloacas
Y nos ignoraban… que no se me escapa
Si somos refugiados no políticos
tras una alambrada nos maltrataban
Lo que un poco si se me escapaba
es que en todo el mundo salga mi foto
y nadie haga nada
Pero hay algo
que para siempre se me escapó
estaba muy cansada mamá
de los tres, solo llegamos dos
no pudo elegir, ella prefirió ir a descansar en paz.
Estoy agotado papá, ya no puedo más
a casa quiero volver, quiero regresar
Entonces me explicó
que en esos treinta días vacas-infernales
sin fuego artificiales, había crecido
me había hecho mayor
y merecía el regalo que me había prometido
que no permitiría que los tiros recibidos
en el corazón, cayesen en vano
Que de allí él no se movía
hasta que pudiéramos pasar
y entregarle a su hijo con sus propias manos
el regalo por el que este viaje comenzamos
el gran regalo de la libertad.