sábado, 28 de diciembre de 2013

DIARIO DE UN M.I. (Menor Infractor)

En los tiempos tecnológicos en los que vivimos os traigo algo que ha utilizado el hombre durante millones de años para comunicarse, las “Cartas”. Cartas dirigidas a todos los jóvenes que durante su etapa adolescente-adulto tienen dudas, preguntas, miedos… También a esos padres que quieran, necesiten y deben comprender a sus hijos y por supuesto aquellos profesionales que les acompañan en la educación y/o re-educación a lo largo de sus vidas. Dichas “Cartas” están escritas por menores conflictivas, que hace poco solo eran niñas, basada en sus historias personales, de puño y letra desde un piso de convivencia y un centro semi-abierto. En lo que respecta a mí, seré … Simplemente el Cartero:

A menudo las chicas me preguntan -¡Cartero! ¿Dónde pongo el remite? ¿Cuál es el código postal de mi pueblo? ¿Donde va el sello? –Aunque lo hayan hecho cientos de veces, también me dicen cosas como -¿Te gusta como la he decorado? ¿Sabes alguna frase bonita para ponerla en el sobre? ¿Cuanto tardará en llegar?- Y es que hay cartas que van dirigidas a felicitar el cumpleaños de algún hermano pequeño, el nacimiento de uno nuevo o la boda de una hermana, eventos a los que saben que no podrán asistir. No obstante se alegran al verme entrar -¡Buenas! ¿Traes cartas? ¿Ha llegado alguna carta para mí? ¡Esas son de mi madre, seguro! – Excepto alguna chica que sin moverse del sillón me manda un saludo cabizbajo, resignada a que no recibirá ninguna en toda su medida. En ocasiones me piden que las escuche y leen las letras que ha escrito para ella una intima amiga, un novio enamorado o de unos padres (en un porcentaje alto, separados) en el intento por recuperar la relación con su hija. Una menor me comentó que se carteaba con un chico de otro Centro de Menores al que no conocía de nada, que le escribía mucho y las cartas contaban su vida de una forma abierta, sin pedirle nunca nada a cambio Habían calado tanto en ella que las juntó todas y las cosió con un trozo de lana, creando un pequeño diario. Cartas de un chico que dieron paso a…


                                           DIARIO DE UN M.I. (Menor Infractor)

¡Hola! Nany:
           Sé que no me conoces de nada, ha sido mi compañero de “chabolo” como dicen por aquí el que me ha dicho que te escriba. Al parecer llevas poco tiempo interna  en el Centro, igual que yo, así que entiendo perfectamente por la situación que estas pasando, aunque es cierto que cada uno afronta  esto de diferente forma. Johnny por ejemplo, el que me dio tu dirección, si el mismo que está saliendo con Marta una compañera tuya, se pasa el día malhumorando a los monitores o planeando algo nada bueno, para él estar aquí es una medalla más en su curriculun delictivo, pero para mi no, para mi es algo muy diferente.
          Estaba en mi cuarto solo, tranquilo, no se oía nada, un silencio absoluto. Con la  mirada perdida en el blanco del techo y mi cuerpo relajado sobre la cama,  sin embargo aunque parezca mentira me sentía bien aquí dentro. Pensaba, que me había llevado hasta este sitio, cuando de la mesita de noche cayó algo empujado por el aire que entraba por la pequeña ventana de barrotes azules. Giré la cabeza y vi en el suelo un papel  escrito con una letra muy bonita tu nombre y tus datos, lo recogí, estuve un rato observándolo y jugueteando con el entre los dedos. Volví a mirar al techo como el que mira al cielo pensando que las cosas suceden por algún motivo, tal vez casualidad o tal vez  el destino.
          Bueno será mejor que me presente, me llamo Akram, tengo dieciséis años y soy el mayor de cuatro hermanos. Me gusta el  flamenquito y la música en español que sus letras digan algo, también me gusta leer, pero te contaré un secreto y este será el primero, nunca he acabado un libro prefiero imaginarme los finales.  Estoy en cautelar, es decir que aún no me ha llegado el juicio y no tengo fecha en la que termina mi medida, pero me da igual no tengo ninguna prisa por volver a la calle, de todas formas ya estaba cansado, siempre lo mismo. Creo que si no me hubieran ingresado en el centro todo fuera  ido a peor. ¿Cómo os tratan por ahí? Aquí por lo general los monitores nos tratan bien, algunos más enrollados que otros, aunque yo procuro ir a lo mío. Acato las normas (aunque no comprenda algunas) y aprendo todo lo que se puede. Respecto a los compañeros mucho mejor de lo que pensaba me enseñan cómo funciona esto, las normas y las reglas no escritas. Sobre todo hay dos con los que tengo muy buena relación. Manuel un gitanito de pelo largo y ojos claros con el cual hablo mucho de nuestras cosas y Cristóbal de Chiclana un rubito muy poquita cosa físicamente, pero muy grande para mí  porque  siempre sabe sacarme una sonrisa en los malos momentos.
Lo que peor llevo aquí dentro es el, no saber qué pasará cuando salga de este Centro. Quisiera hacer borrón y cuenta nueva sin embargo no es tan sencillo. Por eso mientras miraba el techo, pasaba por mi mente todo lo ocurrido durante estos años  y que por mi carácter reservado no le he contado jamás a nadie (amigos, familiares, psicólogos). Ahí en ese instante entras en juego tú, creo que el destino te ha elegido en mi vida para que seas la primera persona que lea mi diario. Solo si tú quieres, me gustaría contarte como empezó todo, mi relación familiar, como me siento,  como pienso y así descubrir  juntos los pasos que he dado para acabar encerrado entre  estas cuatro paredes. Quiero sacarlo todo no soporto más esta carga. Tú también podrías contarme lo que tú quieras, servirá  para conocernos  y hacer más llevadero este capítulo que no elegimos vivir. 
Espero que al recibir esta carta te encuentres bien, de todas formas si puedo ayudarte en cualquier cosa cuenta conmigo porque tú al leer esta carta ya me estas ayudando. 

               Bueno hasta pronto, si quieres… Un abrazo de tú futuro Amigo… Akram.
           

                               “Es difícil vivir en Libertad sin sentirse Libre”                             



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