DIARIO DE UN M.I. (Menor Infractor) II
Escribir estas cartas no es tarea fácil para ell@s. Abrir viejas heridas, recordar capítulos amargos y todavía recientes. Odiseas de unos adolescentes que no pasaremos mucho de nosotros durante toda nuestra vida. Lo que lleva a este humilde cartero a plantearse muchas preguntas. ¿En qué punto dieron un giro sus vidas? ¿Cuál fue el detonante? ¿Por qué gente tan joven pueden acumular tanto odio y tanta rabia? ¿En qué parte del camino perdieron sus valores, sueños y prejuicios? Y sobre todo si en el centro pueden dialogar, estudiar, ser creativ@s, reír y hacer reír, decir te quiero o demostrar empatía. ¿Por qué en su entorno son incapaces de ello? Para encontrar respuesta a tanto interrogante os dejan indagar en su pasado, un lugar donde prometieron no volver jamás.
Querido
Akram:
Ni si quiera se por dónde
empezar, aquí todos los días me parecían iguales, te abren las puertas por la
mañana, desayunas (lo mismo) con tus compañeras, te dan tu cepillo de dientes,
le ponen la cantidad justa de pasta dentífrica, te cepillas (todo esto bajo la
atenta mirada de personas que no conoces nada) y a comenzar las clases
rutinarias donde la cabeza se nos va a otro lugar y solo volvemos para ver cuánto
tiempo falta hasta la llegada del carrito de la comida. Así día, tarde y a las
10:30 de la noche nos vuelven a encerrar. Pero ayer fue todo diferente, cuando
en el descanso de las clases llegó el señor cartero y repartió las cartas, yo
no esperaba ninguna ya que había recibido el día anterior una de mi madre, aparte de ella no suelo recibir ninguna otra,
como ya sabes aquí dentro la gente por una razón u otra suele olvidarse de ti.
No puedes imaginar la ilusión que me hizo cuando dijeron que había una carta
para mí, toda una sorpresa, todo un regalo aquí dentro. Estaba ansiosa por leerla
y saber de quien se trataba. Cuando llegó la hora del chape, mientras me
cerraban la puerta, la abrí rápidamente y comencé a leerla, sin tan siquiera
hacer caso de las voces de mis compañeras que salían a través de las ventanas
preguntándome de quien era la misteriosa carta.
Esa noche no pude pegar ojo. Debo confesar que
no estoy acostumbrada a que ningún chico me hable de esa forma (si conocieras a
los personajes de mi barrio lo comprenderías). Tus letras han revolucionado mi
día a día, por primera vez después de tantos meses encerrada en este lugar me
siento contenta, ilusionada e incluso un poco más libre. Me has inspirado de
tal modo, que esa noche a la luz de los focos del patio que tímidamente
traspasaban mis cortinas, escribí esta poesía.
UN DÍA MÁS
Despierta
la mañana, arrebatando mi calma
Puertas
que suenan, a odio en mi cama.
¡Buenos
días!, en bocas extrañas
Desayunos
amargos, que condenan mi alma.
Cartas
que no llegan, lágrimas que se escapan
Me
cuentan promesas, mentiras que matan
Luna
entre barrotes, luces que se apagan
Puertas
que se cierran
Sueños
de libertad en mi almohada.
Qué vergüenza,
espero que te guste. Bueno en respuesta
tus preguntas, la verdad es que aquí me tratan bien, tanto monitores, profes, monitores
de taller, compañeras y todos en general. Segunda cuestión, ¿Quién soy yo para
llevarle la contraria al destino? claro que SI quiero ser tu amiga y nada más me gustaría que siguieras
escribiendo tus cartas… Tu DIARIO.
Hasta pronto y un abrazo de tu ya amiga Nany.
P.D:(
Un saludo a tus compañeros Manuel y Cristóbal, que te cuiden mucho y besitos de
Marta para Jonny)
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